Este año está siendo especial:
Siempre llegamos al verano cansados, con ganas de cambiar de entorno, de hacer otras cosas, de ver a otra gente, de tener tiempo para los nuestros, de horarios distendidos, de espectaculares siestas (para los más afortunados con happy end) …
Este año, más que cansados, hemos llegado agotados, y todo porque nuestra cotidianeidad ha sido interrumpida y aderezada con altas dosis de incertidumbre.
Nuestra recompensa: la merecida tregua de las vacaciones.
Agradecemos a los que han actuado con escrupulosa responsabilidad social ante la pandemia respetando normas y formas. Y censuramos la irresponsabilidad de los que no han tenido en cuenta el sacrificio que ha representado para todos los agentes sociales las medidas para la contención del COVID-19.
Cuando todo nuestro tiempo es nuestro, bajamos la guardia y nos metemos solos en situaciones de riesgo, cuyas consecuencias no sabemos o no queremos saber medir.
Ahora volvemos y todo lo que estaba previsto se adelanta: el famoso rebrote ya está aquí, nos lo hemos traído puesto sin dar la posibilidad de que el motivo sea “la vuelta al cole”, y con él vuelve esa variable que nos agota: LA INCERTIDUMBRE.
Desde asan os queremos mandar todo nuestro ánimo para hacer frente a esta variable.