De vez en cuando participas en la creación de algo tan bonito que te emociona. Y esa es la recompensa a todo el sufrimiento de la obra, un trabajo excepcionalmente ejecutado en el que los detalles están resueltos de forma impecable.
Hay arquitectos que están muy detrás, muy al pie del cañón y que ayudan a nuestros instaladores y técnicos desde el inicio hasta el final… Digamos que les gusta estar totalmente involucrados en el proceso de realización de sus proyectos. Son ellos los que replantean y resuelven todas y cada una de las partes, encuentros, remates, perfiles y que disfrutan viendo al equipo de asan instalar tal y como ellos han proyectado, sin desviarse un ápice. Arquitectos que no permiten más improvisación que la que salga de ellos mismos, arquitectos para los que es igual de importante la estructura que el acabado, arquitectos implicados, con carisma, con fuerza, con rigor y con carácter. Arquitectos para los que asan propone y ellos deciden.
Gracias Hans Abaton y gracias, en particular, Ricardo Landaluce, por darnos la oportunidad de crecer, aprender contigo y sentirnos orgullosos y partícipes de tus creaciones.