¡Qué tremenda felicidad volver a pisar esos suelos que pisamos en verano!… Y no por los suelos en sí mismos, sino porque es verano y el verano está para descansar y relajarse. Así, los suelos pisados en estas épocas estivales se convierten, más por carga emocional que por características objetivas, en los mejores suelos, en esos suelos que recordaremos con nostalgia y añoranza el resto del año.

Nosotras en verano siempre vamos al pueblo: sí, tenemos la gran suerte de tener el mejor pueblo del mundo, porque para cada uno, su pueblo siempre es el mejor. El nuestro, Villamañán, está ubicado en la zona del páramo, provincia de León, siendo nuestra señora de la Zarza la virgencita, patrona y reina de Villamañán.

En fiestas (7-10 de septiembre) se organiza un festival de jazz, el Villamajazz, impresionante y digno de que uno de estos años Woody Allen se deje caer por aquí… no obstante, a lo que íbamos, al tema de los suelos. 

En la casa de Villamañán, hablando de suelos, tenemos de todo:

Escudos regios castellanos nada más entrar en la casa, para que no quepa duda de que se trata de una familia austera de León.
El portal y la cocina conservan el encanto de las baldosas hidráulicas de finales del siglo XIX.
Moqueta en la zona de estar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Moqueta vinílica trenzada (bolon) en el comedor.
En la zona de habitaciones y escaleras, el pino melis clavado sobre rastrel bien crujiente… para que todo el mundo se entere a qué hora llegas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la galería, para dar continuidad a la tarima, hemos optado por un pvc imitación madera funcional.
Resistente y que no cruje.
En el porche y fruto de una intervención de los 60, pisamos terrazo catalán bonito que, además, está muy de moda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la zona del jardín, el hormigón ha sido reemplazado por una tarima sintética de exteriores que ya llevamos pisando más de 10 años y está como el primer día.
Esta tarima combina con el verdor de la pradera que no es césped artificial pero como si lo fuera, pues está bien cuidadito. A modo de “fajeado perimetral” unas traviesas de tren delimitan la zona de plantas contribuyendo a una estética peculiar.
Los cocodrilos que veis en la tarima sintética no pertenecen a la flora y fauna de la región, son un postizo para ahuyentar a las palomas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y por último, el antiguo pilón nos hace las veces de bañera exterior. Y vosotros, ¿qué suelos pisáis en verano? ¡Mandadnos vuestras fotos de suelos de verano!