Nos sentimos cada vez más cautivados por la palabra “comunidad”. Las tendencias de esta sociedad cambiante nos llevan a abrazar conceptos de trabajo y vivienda disruptivos, y si se pueden combinar en un único espacio, mejor. El co-working se traslada a la experiencia vital. Ahora también podemos vivir rodeados de personas con las mismas metas profesionales, inquietudes y valores, e interactuar para crear comunidad.
Estos espacios impulsan un mismo estilo de vida y son cada vez más demandados, pues responden a problemas reales de índole inmobiliaria, económica y social, como la creciente soledad experimentada por el individuo en los sistemas occidentales y en las grandes ciudades. Los co-livers no sólo viven en un lugar, sino que sienten que pertenecen a él.
Si al espacio de co-working se le une una sección de co-living en edificios mix, esas nuevas comunidades pueden llegar a ser agentes de transformación social aún más poderosas, pues los usuarios de estos espacios son empresarios, nómadas digitales, startuperos, mentes abiertas y creativas. El co-living está preparado para crecer exponencialmente. Es una tendencia que conecta a creadores del cambio y los convierte en grupos demográficos de influencia.
Las ventajas son numerosas: flexibilidad en el tiempo de estancia, te olvidas de la “gestión del hogar” pues se paga un precio que incluye todo lo que puedas necesitar, vives de manera más social, creas nuevas redes de contactos tanto personales como profesionales, optimizas tu tiempo y tus recursos. En España ya contamos con numerosas iniciativas en las que se han revitalizado casas y edificios con conceptos de alto impacto comunitario y visión global. En esta línea, en España contamos con varios colivings como el de Urban Campus en el Barrio de Malasaña en Madrid o Betahouse en Barcelona.
Hay muchos segmentos de población que pueden optar por este estilo de vida, desde los millenials y universitarios, basándose en modelos dinámicos dirigidos a startups, aceleradoras de empresas y compañías disruptivas, pasando por adultos mayores o incluso la tercera edad que gozan de buena salud y están sedientos de nuevas experiencias una vez superado el periodo del “nido vacío”.
Otro nicho interesante que gana en adeptos es el co-living en su versión “luxury”. Estos espacios, que funcionan como clubs selectos, son entornos de configuración flexibles, donde se puede conectar inmediatamente con una comunidad exclusiva con servicios de estilo boutique, diseño de alta gama y espacio expansivo, crean comunidades de alto impacto.